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Detective de las palabras

Siempre he sospechado de esos avisos con los que empiezan algunas novelas,‭ ‬películas o series con los que ya de entrada se advierte de que te adentras en una ficción,‭ ‬todo es inventado,‭ ‬y cualquier parecido con la realidad es una pura coincidencia.‭ ‬Por mucha ficción que sea las coincidencias no existen y tiendo a pensar que la ficción no surge de la nada sino que más bien aflora a partir de un recuerdo,‭ ‬una impresión que es real como la vida misma.‭ 
   Aunque el escritor construya una ficción no puede evitar dejar en ella rasgos de identidad que le pertenecen y que,‭ ‬por mucho que lo intente,‭ ‬no pueden desprenderse.‭ ‬Ya no entro en los personajes o en el argumento.‭ ‬Cuando publicas ya puedes dar por descontado que los lectores que te conocen en persona van a hacer esa comprobación para comprobar si entre la páginas de supuesta ficción reconocen algo real y no es que no hagan con mala intención,‭ ‬aunque a veces ese chequeo con la realidad está viciado por el propio lector,‭ ‬que en su interpretación del libro pone mucho de su propia cosecha y,‭ ‬claro está,‭ ‬lo lee con sus propios ojos.‭ 

  La advertencia recalcando desde el principio que una obra es de ficción más bien es una excusa para prevenir quejas o incluso demandas cuando esas semejanzas,‭ ‬intencionales o no,‭ ‬entre lo inventado y lo que es real son demasiado fieles.‭ ‬Ese breve aviso cubre las espaldas al autor,‭ ‬desentendiéndose de la realidad,‭ ‬una advertencia que ahora,‭ ‬en la era de los ofendiditos,‭ ‬tan sensibles,‭ ‬resulta todavía más recomendable aún.
‭    ‬Voy más allá cuando aseguro que un escritor no puede desentenderse de la realidad cuando produce ficción,‭ ‬aunque procure alejarse lo más posible de ella,‭ ‬incluso rompiendo las reglas de la física y dejándose llevar por la fantasía al máximo.‭ ‬Su simple sintaxis,‭ ‬la misma forma en la que construye las frases,‭ ‬y su elección de palabras,‭ ‬el léxico que emplea,‭ ‬delatan su personalidad.‭ ‬Son un sello de identidad irrenunciable que no borra la fantasía,‭ ‬como el estilo de un pintor o su autógrafo.
‭    ‬La grafología,‭ ‬analizar los trazos y demás características de la forma en la que escribe una persona para deducir sus rasgos de la personalidad,‭ ‬me fascina y pienso que la sintaxis y el vocabulario de una escritor llevan incorporados rasgos de su personalidad y la reflejan,‭ ‬no tanto como un espejo,‭ ‬pero casi para un observador minucioso.‭ ‬Creo incluso que existe una sintaxis de la mentira.‭ ‬Que la falta de sinceridad de un escritor altera esa estructura de sus frases como un veneno que rompe su equilibrio.‭ ‬Algo así como una máquina de la verdad en la que en vez de medir la pulsaciones o latidos del mentiroso se observan las palabras que utiliza y cómo las coloca en una frase.‭ 
   Los idiomas tienen una reglas y ahí está la Real Academia Española para limpiar,‭ ‬fijar y dar esplendor a nuestro hermoso idioma,‭ ‬pero aun así,‭ ‬dentro del respeto requerido a esas normas para que un texto tenga sentido,‭ ‬el español es tan rico que permite infinidad de construcciones y atesora un esplendoroso léxico,‭ ‬de modo que aunque todos hablamos una misma lengua hasta cierto punto cada persona lo hace de una forma personal e inconfundible que la distingue de los demás,‭ ‬como una huella dactilar.‭ ‬Entonces,‭ ‬de la misma forma que un experto distingue un cuadro auténtico de una falsificación,‭ ‬o incluso la autoría de una obra por sus rasgos,‭ ‬no es descabellado que también sea posible lograr esa identificación a partir de un texto debido a esas singularidades en el uso del idioma que son tan personales.
‭    ‬En su más que recomendable blog literario titulado Dama de agua,‭ ‬la autora Manuela Fernández Cacao,‭ ‬una virtuosa de los micro relatos,‭ ‬se preguntaba si escriben igual los hombres a las mujeres y se inclinaba por que no y que incluso,‭ ‬sobre todo en principiantes,‭ ‬podría detectar cuando un escrito firmado por una mujer en realidad lo ha redactado un hombre,‭ ‬diferenciación que se vuelve más difícil con escritores expertos,‭ ‬capaces de camuflarse mejor entre las palabras.
‭    ‬Sin entrar siquiera a analizar el significado de las palabras o el argumento de esas historia,‭ ‬simplemente analizando la sintaxis se pueden desvelar detalles ocultos de un texto y con el desarrollo de la computación y la pujante inteligencia artificial ya ni mejor hablamos.‭ ‬Redactar es un ejercicio tan personal como firmar un autógrafo.‭ ‬Delata quien eres.‭ ‬Es adónde quiero ir a parar.
‭    ‬Las aplicaciones de esta deducción a partir de sintaxis y vocabulario por supuesto que van mucho más allá de la literatura y sobre todo se extienden al campo de la investigación de delitos,‭ ‬siendo la lingüística forense una herramienta que cada vez será más útil.‭ ‬La de crímenes que se han resuelto a partir de una nota manuscrita son sólo un ejemplo de su alcance.
‭    ‬Estas señas de identidad que se dejan al escribir,‭ ‬como una huella dactilar en todo lo que se toca,‭ ‬a no ser que lleves guantes,‭ ‬hacen que la experiencia de leer sea todavía más interesante porque convierte al lector en un auténtico detective de las palabras‭  ‬que,‭ ‬como si tuviera una lupa,‭ ‬mira con detalle todos estos detalles de personalidad que impregan un texto.‭ ‬De mayor quiero ser,‭ ‬lo tengo claro,‭ ‬detective de las palabras.‭ ‬En ello estoy.‭ 
 

Alicia Cofres es fundadora de Clickteratura.

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